Si te emocionaste cuando tu niño empezó a caminar, ¡espera a que lo haga en reversa! Caminar hacia atrás puede parecer un movimiento simple y tonto, pero el hecho de que tu pequeño domine esta acción es realmente impresionante y ofrece muchos beneficios de desarrollo.
Aquí algunas razones por las que la práctica de la marcha hacia atrás con tu niño es tan valiosa.
Beneficios de caminar hacia atrás
Seguridad
En primer lugar, la razón más importante para aprender a caminar hacia atrás es la seguridad. Cuando tu niño pequeño cae hacia adelante, puede usar sus manos para suavizar la caída y empujarse hacia atrás. Practicar la marcha hacia atrás le permite aumentar su capacidad de usar las piernas para evitar una caída hacia atrás. Aprenderá lentamente a contrarrestar una caída hacia atrás dando unos pasos hacia atrás para recuperar el equilibrio. Proteger su cabeza y su columna vertebral de estas caídas es el motivo principal de este logro del movimiento.
Fortalece los músculos de las piernas
Si alguna vez has intentado caminar hacia atrás como ejercicio de fitness, puede que hayas notado que involucra otros músculos de las piernas, diferentes a los de caminar hacia adelante. Caminar hacia atrás involucra los músculos de las pantorrillas, los glúteos y los cuádriceps, ¡que son músculos muy útiles para los niños pequeños que se mueven! Fortalecer estos músculos de las piernas puede ayudarle a alcanzar otros logros de movimiento como escalar, patear e incluso bailar.
Mejora el equilibrio y la coordinación
Cualquier tipo de ejercicio que mejore el equilibrio y la coordinación de un niño es bueno, ¡y caminar hacia atrás lo hace! El equilibrio y la coordinación son la base de muchas actividades físicas, como aprender a montar en bicicleta o jugar a atrapar una pelota. Caminar en reversa no sólo es genial para los músculos centrales y el control de la postura de tu pequeño, sino que también es un ejercicio estupendo para su cerebelo, pues aprender a equilibrarse mientras se camina hacia atrás facilita el crecimiento y desarrollo de las neuronas en el cerebro.
Fortalece la conciencia espacial
Caminar hacia atrás también ayuda a aumentar su conciencia espacial, que es una habilidad cognitiva que nos dice nuestra posición con respecto a los objetos que nos rodean. Ejercitar sus habilidades de retroceso le permite entender cómo su cuerpo y sus partes del cuerpo se mueven por una habitación sin chocar con cosas.
Desarrolla la propriocepción
El sentido propioceptivo de tu niño es su capacidad para determinar internamente dónde están las partes de su cuerpo y cuánto esfuerzo necesita para moverlas. Este sentido interno ayuda a guiar sus movimientos hacia atrás sin necesidad de mirar hacia atrás y evitando que se caiga.
Logros de caminar hacia atrás
Entre los 16 y 18 meses, lo más probable es que veas a tu niño pequeño dominar los movimientos laterales y eventualmente dar algunos pasos hacia atrás. Durante un tiempo, puede parecer un pequeño y torpe marinero haciendo el cha-cha-cha. Pero a medida que sus músculos se desarrollan y su equilibrio se fortalece, se sentirá cada vez más seguro al retroceder. Alrededor de los 28-30 meses, notarás que sus pasos se vuelven firmes y estables, permitiéndole moverse hacia atrás hasta la mitad de una habitación (aproximadamente 10 pasos). ¡Una gran hazaña para los pies pequeños!
Recuerda que los pequeños llegan a estos logros de movimiento en diferentes momentos y de diferentes maneras. Si deseas animar a tu niño a que intente caminar más hacia atrás, explora nuestro programa BabySparks para ver las instrucciones en vídeo sobre cómo practicar de forma segura el caminar en reversa.